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La Escuela Superior de Osteopatía

Los Estudios Superiores en Osteopatía están estructurados en cuatro cursos académicos teórico-prácticos, en los cuales se provee al alumno de las bases fundamentales para la asimilación de los conceptos y desarrollo de las técnicas en diagnóstico y terapéutica clínica (estructural, visceral y craneal).

Al finalizar los cuatro cursos académicos, se obtendrá el Título de Estudios Superiores en Osteopatía, con una doble titulación: por una parte, la que emite la Escuela Superior de Osteopatía THUBAN y, por otra parte, la expedida como título propio por la Universidad Europea del Atlántico.

 

Filosofía y motivación para estudiar Osteopatía

Decidir estudiar Osteopatía significa entrar en contacto con una medicina y arte de más de un siglo de historia. Probablemente la osteopatía ya existía antes de que su fundador Andrew T. Still le diera ese nombre; tal vez no con el aspecto de hoy en día, pero sí en su esencia.

Él solía decir que la osteopatía era lo primero y lo último: que estaba siempre presente, en cualquier acto osteopático. Hoy sigue siendo válido este concepto. Pero, como cualquier arte, el nuestro ha avanzado de tal manera que los nuevos modelos psicosociales, junto con los avances científicos actuales, nos han llevado a tener presente no solo la anatomía, sino también fisiología, semiopatología, embriología, psicología y muchas otras ramas del conocimiento del ser humano. El estudio de todas estas disciplinas y su integración nos llevará a la esencia de la Osteopatía, que no es otra que su abordaje global, biopsicosocial, una manera de entender nuestra profesión.

El estudiante de Osteopatía entrará en un mundo lleno de nuevos conocimientos y descubrimientos, entenderá la idea de causa-efecto de la enfermedad, la mutua relación que existe entre estructura y función, la importancia de los fluidos corporales y, lo más importante, cómo interactuar con todos estos principios.

La OMS definió la Osteopatía como una medicina con enfoque holístico orientada hacia el cuidado y sanación del paciente. El ser humano es visto como una unidad funcional dinámica, en la cual todas las partes están interrelacionadas y que posee sus propios mecanismos autorreguladores y autosanadores. Si se pierden, aparece la disfunción y si la disfunción se mantiene, aparece la patología.

Encontrar esos desajustes y ser el fulcro hacia su sanación se convertirá en la parte más apasionante de nuestra profesión. Cada paciente será único: podrán venir con síntomas parecidos pero las causas no serán las mismas. Es en si esa complejidad la que da a la osteopatía su mayor atractivo. La apatía difícilmente entrará en nuestra consulta si conectamos con la esencia de nuestra ciencia.

Aprenderemos múltiples técnicas que nos permitirán ayudar a nuestros pacientes, siendo nuestras manos la herramienta más importante para diagnosticar. De aquí que debamos aprender no solo conocimientos teóricos o mecánicos, sino también aprender a sentir. Encontrar un equilibrio entre el hacer y el ser será la clave para un gran tratamiento, y el fin de todo gran profesional.

La implicación y límites con esta medicina solo los pone el profesional. La Osteopatía es un ente vivo, que crece y se transforma como cualquier ciencia de la vida. Probablemente parte de lo que estudiemos se adapte a un futuro distinto, pero la base y los pilares de la osteopatía siempre estarán allí.

Como toda medicina manual, la parte artística estará presente en nuestros actos osteopáticos. Estudiar osteopatía nos dará el conocimiento para entender y comprender el cuerpo humano, pero el abordaje de ese paciente será diverso y dependerá de la manera de ver y vivir de cada profesional. No existe una única Osteopatía.

Si pintáramos un paisaje en un lienzo, cada uno de nosotros lo haría de forma distinta, con matices únicos, pero mantendríamos la esencia del cuadro que es el paisaje. En el abordaje osteopático pasará lo mismo: nos convertiremos en pintores pero nuestro lienzo será el cuerpo humano y las pinturas nuestras manos.

Iniciar el camino de la osteopatía exigirá perseverancia, paciencia e ilusión. Habrá momentos de gran lucidez o incertidumbre porque la osteopatía nos conecta con el conocimiento de la vida, y tal complejidad solo se puede entender viviéndola.